La mayoría de los proyectos actuales de construcción procuran valerse de recursos que sean garantía de tiempo bien administrado, ahorrando también un presupuesto valioso. Esto es lo que ocurre al trabajar con el sistema de losa de vigueta y bovedilla, que está fabricado con elementos estructurales, así como soportes que aligeran la carga y complementan la estructura, principalmente compuestos a partir de cemento, arena o poliestireno.
Se trata de una opción de calidad comprobada en todo el mundo y que ha sido diseñada con la finalidad de que la edificación sea montada fácilmente, pudiendo completar su obra con prolijidad y sello de calidad. Gracias a este sistema, es posible trabajar de forma sencilla y segura, sin tener que hacer inversiones desproporcionadas, a la vez que pueden lograr excelentes acabados. Y es que, en la actualidad, las construcciones prefabricadas aportan enormes ventajas tanto para los encargados de la obra como para sus ocupantes.
Mientras que las viguetas prefabricadas constituyen la armadura de la losa, debido a que su función es la de absorber las tracciones que se originan en la forja; las bovedillas cumplen con el propósito de rellenar, aportar altura y definir el espesor que tiene la losa, por lo que factores como la rigidez y la resistencia variarán de acuerdo con la luz y la carga a la cual estén expuestas. De esta forma tan sencilla, se pueden concebir infinidad de proyectos arquitectónicos, con la ligereza, practicidad y economía que ustedes requieren.
Partiendo de la premisa de que las viguetas hacen parte de un sistema modular que confiere solidez y robustez a una estructura, hay que entender que también distan de la función estructural que cumplen las vigas. Las viguetas pretensadas, por ejemplo, son elementos semirresistentes que trabajan con el material que compone la capa de compresión, lo que significa que se acoplan únicamente en una losa. Sin embargo, no por ello debe subestimarse la viabilidad de los sistemas de arquitectura prefabricada, ya que, tienen muchas ventajas para garantizar la durabilidad y calidad de la obra.
Por otra parte, nunca hay que subestimar la función del apuntalamiento de las losas, ya que su importancia es vital para que cuenten con una estructura portante. Al apuntalamiento se le puede definir como un proceso en el que se incorporan una serie de puntales o postes que están destinados a ofrecer un sostén; por lo general, son transitorios, ya que se usan cuando se está montando un sistema prefabricado. Por ello, se considera que las viguetas cortas deben ser apuntaladas, a fin de evitar deformaciones.
En el montaje de la losa de vigueta y bovedilla, es necesario que estas apoyen siempre sobre paredes portantes, ya sea de mampostería, hormigón o vigas. La distancia entre las viguetas vendrá predeterminada, al colocar un bloque como separador. No obstante, antes de montar los bloques, deben disponer del apuntalamiento de las viguetas en la construcción del forjado, empleando puntales alineados de manera perpendicular, con la finalidad de que garanticen que no habrá inclinaciones o deformaciones de la estructura y que los niveles de tensión de tracción en las viguetas no resulten excesivos.
La mayoría de las fallas o accidentes en el montaje de obras con viguetas son el resultado de omitir las reglas del apuntalamiento y la distribución de las cargas. Estas construcciones son de carácter tanto auxiliar, como temporal, y se usan precisamente para prevenir movimiento de un edificio, lesiones en las losas u otros imprevistos. Estos puntales son elementos estructurales de material sólido y resistente, con la superficie y el volumen necesarios para soportar el peso que se apoya en ellos durante el trabajo.
Al hablar del apuntalamiento, hay algunos aspectos que vale la pena mencionar para un adecuado manejo y montaje de las losas prefabricadas en Monterrey. En principio, es necesario tener presente que debe realizarse de abajo hacia arriba, tomando en cuenta las medidas de precaución necesarias al colocar los puntales, ya que, de lo contrario, podrían poner en riesgo la sujeción del edificio. Es muy diferente, por otro lado, el caso de los apeos, aunque su función principal es la misma; pero, mientras que los puntales transmiten la carga mediante elementos verticales, los apeos lo hacen de forma inclinada.
Se recomienda hacer una revisión regular de los puntales y los apeos, con el objetivo de comprobar que el punto de contacto esté bien sujeto y que todo continúa ajustando como se espera. Asimismo, es fundamental tener claro qué puntal hay que emplear en cada caso. Lo mejor es que haya un equilibrio entre la altura y el grosor, considerando la norma que dicta que el puntal no debería ser más largo que cincuenta veces su grosor, puesto que podrían correr el riesgo de que no soporte bien la carga a la que se le someta.
Los puntales hacen las veces de pies verticales, inclinados u horizontales, que estarán sometidos a compresión axial durante el trabajo en una obra arquitectónica. Como comentamos en párrafos anteriores, se usan para apoyar las vigas y pisos de un edificio, al incorporar o retirar una pared, confiriendo a la estructura un reemplazo temporal.
Respecto a la base de los puntales en el montaje de la losa de vigueta y bovedilla, se conoce como solera el plano de asiento o conexión de los apuntalamientos y su finalidad es la de aumentar las superficies de apoyo. Las soleras están constituidas por tablones, que distribuyen las cargas equitativamente, previniendo fragmentaciones.
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